Venezuela

Cierro los ojos y te veo Venezuela como un cuerpo lleno de secretos, te supe caminar y conocer con rincones sensuales y ahí satisfacer mis ansiosas ganas de amar, tierra verde y frondosa que te ofreciste sin limitaciones me llenaste de vida y proclame mil promesas en el éxtasis de esa aventura que fue comenzar mi viaje en este maravilloso y extraño país.  Venezuela encontró en mi lo que yo sentía que había perdido y fue amor de verdad lo que sentí cuando fluimos entre sus verdes montañas y sus playas azules. 

No fue fácil el comienzo, su idiosincrasia es complicada y sus costumbres están repletas de conflictos, intereses cruzados que no dejan que este país crezca en paz pero la armonía se encuentra cuando uno aprende a profundizar en los ojos de la gente y a disfrutar las sonrisas que sobrepasan el coas político de este lugar. Cuando nos relajamos y dejamos de luchar con la burocracia de los servicios y la corrupción de sus instituciones no cuesta mucho entender que es un hermoso país lleno de oportunidades para disfrutar de buenos momentos y lugares paradisíacos.